Me encanta este maravilloso musical de Doug Wright, el autor del libreto, Scott Frankel, el compositor, y Michael Korie, el letrista.
No puedo parar de escuchar el magnífico Original Broadway Cast Recording. Cuando lo escucho, no me resulta difícil imaginar que estoy sentado en una butaca en el Nederlander Theatre viendo el musical, porque, además de incluir las canciones, incluye varios diálogos. Hacía tiempo que no compraba un disco, pero éste, sin duda, va a formar parte de mi colección.
Por cierto, durante la entrevista, Patti dice que éste puede ser su último musical.
2. Un coloquio muy interesante en el que los creadores, Patti LuPone y Christine Ebersole hablan del musical y cantan "If I'd Been a Man" - 9:10 - y "Face to Face" - 32:00:
1. Un fantástico y educativo vídeo de diez minutos de duración en el que David Korins nos descubre todos los secretos de la escenografía de War Paint y en el que vemos cómo es el proceso de creación de los decorados de un musical de Broadway:
Solo una magnífica actriz puede hacer lo que hace esta señora con "I never even liked the color!" al final: hacer que el público se ría, pero, también, sienta pena por su personaje.
El 3 de septiembre a las 15:00 horas, fui al Nederlander Theatre a ver War Paint.
La portada del Playbill
Antes de nada, el telón es maravilloso:
Estaba sentado en la butaca 109 (que está justo en el centro de la zona central) de la fila B (es decir, la segunda fila) del “mezzanine”. Tanto el escenario como los actores se veían perfectamente. De hecho, creo que es mejor sentarse en las primeras filas del “mezzanine” que en el patio de butacas, ya que los asientos están escalonados por lo que la persona que está delante de ti no te molesta por muy alta que sea. Por cierto, intentad evitar la primera fila del “mezzanine”, porque la barandilla de seguridad es muy alta y tapa una parte del escenario.
El Nederlander Theatre
(La foto es propiedad de Stage Directions)
Me ENCANTÓ ver este musical y, sobre todo, a Patti LuPone y Christine Ebersole.
(Foto de Ryan Pfluger para The New York Times)
No obstante, admito que War Paint NO es un musical entretenido - aunque tiene momentos cómicos, es muy serio. Es un musical educativo y si no te interesa la historia de Helena Rubinstein y Elizabeth Arden y no te gustan jazz y arias y canciones introspectivas, te vas a aburrir. War Paint está basado en el libro War Paint de Lindy Woodhead y el documental (The Powder & the Glory) y tiene aspecto de documental.
Aunque, en mi opinión, el ritmo del montaje, que está dirigido por Michael Greif, es ágil – el primer acto se pasó volando; tuve que mirar al reloj cuando empezaron a cantar “Face To Face”, porque no podía creer que la primera parte llegaba a su fin -, muchas personas que estaban sentadas alrededor de mí se aburrieron y no paraban de mirar al reloj y bostezar. Incluso, la señora que estaba sentada a mi lado se durmió, empezó a roncar y su hija tuvo que despertarla.
El libreto de Doug Wright es simple, pero muestra claramente cómo eran estas dos mujeres, la rivalidad que existía entre ellas, lo que tuvieron que sacrificar para romper el techo de cristal y triunfar en una sociedad dominada por los hombres, su soledad, y cómo se negaron a adaptarse a los cambios del tiempo (anunciar sus productos en la televisión, utilizar el sexo para atraer al público e intentar atraer a mujeres jóvenes) lo que supuso su declive.
(Foto de Joan Marcus)
Aunque en la vida real nunca llegaron a estar en un mismo sitio, Doug Wright ha creado una escena al final del musical en la que se encuentran en una habitación de un hotel mientras esperan dar una charla donde hacen las paces.
Por cierto, el momento final en el que Patti LuPone y Christine Ebersole son rodeadas por las otras actrices que muestran cómo estos dos “dinosaurios” con sus cosméticos influyeron y cambiaron a las mujeres me pareció muy emotivo - ellas, las lágrimas en los ojos de Patti y Christine, la música, la luz y el oscuro final - e incluso se me escaparon un par de lágrimas.
(Foto de Joan Marcus)
Los números musicales de Scott Frankel (música) y Michael Korie (letra) son simplemente excelentes. Cada uno es una pequeña joya que brilla dentro de la historia. Estas canciones no podrían pertenecer a ningún otro musical, porque cuentan la historia y sin ellas el musical quedaría cojo. A diferencia del New Broadway Cast Recording de Hello, Dolly!, el Broadway Cast Recording de War Paint sí refleja perfectamente lo que se escucha en el teatro. En la grabación, solo faltan dos pequeños momentos musicales – la breve canción que canta Charles Revson mientras le muestra sus productos a Elizabeth Arden y las tres o cuatro líneas que cantan las protagonistas al comienzo de la escena de juicio. Todo lo demás está en la grabación. La única diferencia entre la grabación y lo que se escucha en el teatro es que varios números musicales son interrumpidos por los diálogos. Por ejemplo, “Back On Top” está dividida en dos partes en el teatro: La primera parte - hasta el primer “Right?" - tiene lugar en el puerto e introduce a Helena Rubinstein; luego, la acción se traslada a la oficina de Helena Rubinstein donde hay un diálogo entre ella y su fiel ayudante Harry Fleming y la escena termina con la segunda parte de la canción.
(Foto de Joan Marcus)
Destacan muchos momentos: El comienzo (creo que queda muy bien reflejada la frialdad de una ciudad enorme y la preocupación de las mujeres por destacar en ella), la entrada de las protagonistas (que, tristemente, solo recibieron aplausos tibios), “Face To Face”, “Now You Know” (la nota final fue impresionante), la escena de “Fire And Ice”, Pink (simplemente brillante y conmovedora)
(Foto de Joan Marcus)
y la escena final. Pero a mí me encantó la escena de “Forever Beautiful”. Es visualmente espectacular (todos esos cuadros impresionantes llenando la parte superior de la caja del escenario), el diálogo es fantástico - “Cuando mis vecinos no me querían y no permitían que me vendieran este piso, porque era inmigrante, mujer, soltera y empresaria, ¿me puse a llorar? No. Compré el edificio entero.” “Este piso no es un simple piso; es una cripta. Pienso morir aquí rodeada de mis joyas y mis cuadros.”, “Me he enterado de que mi nuera quiere mi collar de perlas negras. Asegúrense de que me entierren con todas mis joyas." - y, finalmente, “Forever Beautiful”.
(Foto de Joan Marcus)
Las dos actrices son fantásticas, magníficas, maravillosas. Las dos brillan sobre el escenario.
(Foto de Sara Krulwich para The New York Times)
Por cierto, impresiona e intimida ver a Patti LuPone en vivo.
(Foto de Joan Marcus)
Ellos no destacan mucho, pero actúan y cantan muy bien. Yo vi a John Dossett y a Chris Hoch, el sustituto de Douglas Sills, y creo que los dos transmiten muy bien la frustración que siente siente una persona que es ninguneada y cuyo trabajo no se valora.
(Foto de Joan Marcus)
La puesta en escena es muy elegante. La escenografía (David Korins) no es muy espectacular, pero es efectista, muestra claramente dónde sucede cada escena y es visualmente atractiva. Me gustó mucho el aspecto de los despachos, porque muestra la personalidad de las dos protagonistas: El de Elizabeth Arden es rosa y decorado con flores, mientras que el de Helena Rubinstein es más frío y decorado con diferentes obras de arte.
El vestuario (Catherine Zuber) es muy bonito. Mientras los trajes de Christine Ebersole son elegantes, los de Patti LuPone, que está decorada con espectaculares e impresionantes joyas, son más extravagantes.
(Foto de Joan Marcus)
Durante los saludos finales, todos los actores recibieron un aplauso cerrado y los espectadores ovacionamos a las dos divas de pie.
En resumen, me alegro muchísimo de haber visto este maravilloso musical. Ahora, me gusta todavía más. Me da mucha pena que no esté triunfando. De hecho, se pueden comprar las entradas en TKTS con un 50% de descuento y en TodayTix y, en Times Square, un chico muy majo reparte folletos para atraer a espectadores.
(Foto de Emilio Madrid-Kuser)
En el Playbill, vienen los mismos artículos de los que hablé en mi crítica de Hello, Dolly! Solo faltan el artículo sobre The Curvy Widow y, obviamente, el artículo sobre el Shubert Theatre. Además de la información sobre el montaje de War Paint, hay un artículo acerca de Helena Rubinstein y Elizabeth Arden.
Un par de curiosidades:
Los acomodadores eran muy bordes y se reían de los espectadores (“Éste tiene cara de X, el otro tiene cara de Y”, etc.) y los que organizaban las filas delante del teatro gritaban e, incluso, insultaban a la gente que no sabía dónde estaba la cola para recoger las entradas y dónde estaba la cola para entrar en el teatro. Trataban a la gente como si fuera ganado. Lo que me sorprendió es que nadie se quejaba de ese trato. Ni siquiera protestaron las dos mujeres que estaban a mi lado y a las que una empleada dijo que las mujeres eran unas salvajes cuando iban al baño durante el intermedio. Me parecieron todos muy poco profesionales.
El aire acondicionado es muy ruidos y eso se nota y mucho cuando la orquesta deja de sonar.
Aquí, podéis ver una parte del interesante documental en el que está basado este magnífico musical: